Desliza hacia abajo para empezar a leer *Aviso:el siguiente relato habla sobre violencia sexual*
Sentía que estaba alcanzando el mejor momento de mi vida cuando me
dijeron que había ganado la posibilidad de irme a estudiar a Bogotá.
Entrar a la Universidad de Los Andes con una beca demostraba que
todo el esfuerzo estudiando hasta el cansancio por fin estaba dando
sus frutos.
Pero mantenerse económicamente en la capital es muy distinto a vivir
en Paipa por lo que me vi en la necesidad de hallarme un trabajo de
medio tiempo cercano a mi U. Fue así como terminé trabajando en un
local de venta de ropa en San Andresito, la paga era buena y el
horario flexible, por lo que siempre me parecía una gran opción para
mantenerme a mí misma.
Una cualidad de este sector es que es extremadamente comercial, no
miento. Allí es posible encontrar cualquier prenda,electrodoméstico,
material de papelería o lo que seas que estés buscando.
Pero al mismo tiempo, es una zona de la ciudad peligrosa en ciertos
sentidos. Si te descuidas un momento en tu local es posible que te
roben ya sea mercancía como ganancias de ese día.
La policía suele rondar pero no es frecuente que se involucre
demasiado con los pleitos que suelen suceder a diario, por lo que se
opta por el pago de un servicio privado. Sin embargo, este a largo o
corto plazo siempre suele fallar o ser comprado por los mismos
ladrones. Por lo tanto, es vital aprender a cuidarse a una misma y
desconfiar de todos.
Lamentablemente, lo que me sucedió fue inesperado, aunque
posiblemente premeditado por mi agresor y algo que se me escapó de
toda mi preparación.
Durante varias semanas atrás, en mi caminata diaria hacia mi lugar
de trabajo, un hombre tomó la costumbre de gritarme obscenidades
cada vez que pasaba cerca de su puesto de venta de artículos para
celular.
Le encantaba hablar sobre la ropa que llevaba puesta o sobre mi
cabello largo. También era frecuente que intentara tocarme. a
Yo buscaba alternativas para evitarlo pero él lograba hallar la
forma de cruzarnos.
No solo me molestaba a mi sino a otras mujeres que transitaban
también por la zona, por lo que ninguna realmente buscó enfrentarlo
o pedirle que parara con su actitud. Después de todo, es algo a lo
que yo pensaba debería “normalizar” al ser una mujer bonita.
Sin embargo, una tarde cuando yo ya estaba alistandome para volver a
mi universidad este tipo se acerco a mi puesto de trabajo. Como ya
eran las 5:00pm es usual que el centro comercial ya esté solo. Mi
jefa me pide que cierre después de las 5 no antes, así que soy una
de las últimas en salir.
Ya todos los locales estaban cerrados cuando de repente este señor
llegó a preguntar por una prenda de ropa porque estaba interesado y
yo le comenté que ya estaba cerrando que mejor pasará mañana.
La actitud de él se transformó. Al ser más alto que yo logró tomarme
de la cintura con fuerza y ponerme un pañuelo blanco en la cara.
Perdí la conciencia por al menos una hora o tal vez más, no estoy
muy segura, pero ya era de noche.
Solo sé que cuando desperté, me encontraba en el local tras uno de
los vestidores de tela. Tenía mi blusa completamente rota y mis
jeans atascados en mis tobillos. Mi cuerpo estaba maltratado y aún
continuaba muy mareada. Cuando por fin logré procesar alguno de mis
pensamientos y tomé fuerzas para vestirme llamé a una amiga y le
pedí que fuera a buscarme.
Ella fue por mi y al ver mi estado me sugirió ir a una clínica. Allí
me atendieron por urgencias, me hicieron múltiples preguntas y una
serie de exámenes
Me explicaron que encontraron ADN de otra persona en el examen que
me tomaron. Yo estaba muy asustada y no dejaba de llorar, después de
eso tuve que suspender el semestre y decidí volver a Paipa para
estar con mi mamá.
Hoy se cumple un año de todo lo que me sucedió y el proceso apenas
va en que se le ha notificado al hombre que tiene una denuncia. Nada
más.
Planeo volver a Bogotá para continuar estudiando. Mi jefa aún
mantiene contacto conmigo pero a mi me aterra volver a San
Andresito, una compañera del centro comercial me dijo que él sigue
en su esquina con su rutina de acosar a más mujeres.